DÍA 4
Todos los
conocedores de la lengua de Garibaldi habrán notado que el nombre de este blog
está mal escrito. Tutti insieme es la forma correcta de deletrearlo, pero este
dominio ya estaba cogido, así que le añadí una segunda “m”. Y la pregunta es
por qué este nombre para mi blog. Vayamos al origen.
De
mis ocho hermanos- dos hembras y seis varones- el mayor de todos es sacerdote.
Vive en Roma y, por lo tanto, es difícil conseguir reunirnos todos muy a
menudo. Éste año, con motivo del cuarenta aniversario de mis padres, que se
dice pronto, nos fuimos toda la familia de visita a Roma en el Puente de la
Inmaculada. Todos conocíamos la Ciudad Eterna, pero el hecho de verla decorada
de Navidad despertaba bastante emoción entre la expedición. Me imaginaba un
gran mercadillo de belenes( que tienen origen italiano), tiendas emperifolladas
con lazos y demás adornos, calles engalanadas, etc. Nada más lejos de la
realidad. La ciudad estaba completamente desnuda. Preciosa, como siempre, pero
desnuda. Así que no me quedó más remedio que llenar ese vacío de ilusiones
creadas con el disfrute del idioma italiano.
Otro
de mis hermanos, el pequeño, trabaja en una empresa italiana y, con no poco
trabajo por su parte, he de decir que domina bastante la lengua. Que envidia.
Cada viaje en taxi se convertía en una amena conversación futbolística con el
conductor. Yo disfrutaba con la soltura y el acento, en ocasiones forzado, de
mi hermano en sus frases. Poco a poco me iba animando a mi mismo. Ya no
preguntaba por el baño en los restaurantes como un turista más. Lucía mi acento
y gesticulaba como solo sabe hacerlo un verdadero romano. Mi seguridad iba tan
en aumento que hasta mi cuñado en una ocasión me pidió que me comunicase yo con
el taxista que había de llevarles al próximo destino. Estaba claro, a mi vuelta
a España empezaría a estudiar.
Pero
había una frase que se repetía en cada comida familiar de aquellos días. Mi
hermano ordenaba lo que íbamos a tomar, pero al final, siempre acompañado de un
gesto exagerado, terminaba con un: Tutti insieme. Yo intuía su significado,
pero después de escucharlo varias veces le pregunté. Todo junto, para todos,
todo mezclado, totum revolutum (esto no
sé si existe o es latín de mi madre). Esa
era la traducción y eso es lo que escribo en mi blog. Una mezcla de lo que pasa
por mi cabeza. Todo junto.
Podría
decirse que es una frase que resume la historia de aquel viaje, porque aunque
había costado, al final lo habíamos conseguido. Unos días increíbles para toda
la familia. ¡¡¡Tutti insieme!!!
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