martes, 14 de febrero de 2012

¿Y POR QUÉ TUTTI INSIEME?


                DÍA 4

                Todos los conocedores de la lengua de Garibaldi habrán notado que el nombre de este blog está mal escrito. Tutti insieme es la forma correcta de deletrearlo, pero este dominio ya estaba cogido, así que le añadí una segunda “m”. Y la pregunta es por qué este nombre para mi blog. Vayamos al origen.

                De mis ocho hermanos- dos hembras y seis varones- el mayor de todos es sacerdote. Vive en Roma y, por lo tanto, es difícil conseguir reunirnos todos muy a menudo. Éste año, con motivo del cuarenta aniversario de mis padres, que se dice pronto, nos fuimos toda la familia de visita a Roma en el Puente de la Inmaculada. Todos conocíamos la Ciudad Eterna, pero el hecho de verla decorada de Navidad despertaba bastante emoción entre la expedición. Me imaginaba un gran mercadillo de belenes( que tienen origen italiano), tiendas emperifolladas con lazos y demás adornos, calles engalanadas, etc. Nada más lejos de la realidad. La ciudad estaba completamente desnuda. Preciosa, como siempre, pero desnuda. Así que no me quedó más remedio que llenar ese vacío de ilusiones creadas con el disfrute del idioma italiano.

                Otro de mis hermanos, el pequeño, trabaja en una empresa italiana y, con no poco trabajo por su parte, he de decir que domina bastante la lengua. Que envidia. Cada viaje en taxi se convertía en una amena conversación futbolística con el conductor. Yo disfrutaba con la soltura y el acento, en ocasiones forzado, de mi hermano en sus frases. Poco a poco me iba animando a mi mismo. Ya no preguntaba por el baño en los restaurantes como un turista más. Lucía mi acento y gesticulaba como solo sabe hacerlo un verdadero romano. Mi seguridad iba tan en aumento que hasta mi cuñado en una ocasión me pidió que me comunicase yo con el taxista que había de llevarles al próximo destino. Estaba claro, a mi vuelta a España empezaría a estudiar.

                Pero había una frase que se repetía en cada comida familiar de aquellos días. Mi hermano ordenaba lo que íbamos a tomar, pero al final, siempre acompañado de un gesto exagerado, terminaba con un: Tutti insieme. Yo intuía su significado, pero después de escucharlo varias veces le pregunté. Todo junto, para todos, todo mezclado, totum revolutum  (esto no sé si existe o  es latín de mi madre). Esa era la traducción y eso es lo que escribo en mi blog. Una mezcla de lo que pasa por mi cabeza. Todo junto.

                Podría decirse que es una frase que resume la historia de aquel viaje, porque aunque había costado, al final lo habíamos conseguido. Unos días increíbles para toda la familia. ¡¡¡Tutti insieme!!!

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