jueves, 1 de agosto de 2013

PARQUE ACUATICO

DIA 35

               El otro dia fue el cumpleaños de Fucho. Tras ser oportunamente felicitado me pidió que dejara mis vacaciones y actualizara mi blog. Voy a intentarlo. Tengo muchas historias en mi cabeza. Unas son muy largas, otras cortas, otra de contenido que no me atrevo a hacer públicas, con lo cual, el tema se va poniendo difícil.

                Durante el comienzo de este verano se ha hablado mucho del iluminado que dijo que iba a hacer frio. Mientras escribo esto una gota de sudor recorre mi espalda y me acuerdo especialmente de él. Pues esta previsión del tiempo me ha hecho recordar mis veranos en Irlanda. Durante un par de años me fui con alumnos del colegio a pasar allí el mes de julio en aras de mejorar el inglés de todos los que asistíamos. En la verde Irlanda el uso de jersey y calcetines era obligatorio, ya que el clima allí tiene bastante poco que ver con nuestro abrasador calor mediterraneo. El chubasquero es otra prenda a tener a mano en cualquier momento, pero jamás tienes que llevar paraguas, eso es símbolo inequívoco de que eres extranjero. Eso y probablemente el que tu piel tenga el más ligero de los tonos de moreno alcanzables. Si no eres rosa, no eres irlandés.

                Y ante este panorama me esperaba encontrar yo aquí en España durante este periodo estival. Frío, lluvias, niñas rosas. Pensé que igual harían la misma aberración acuática que se ha cometido en Irlanda, Aquopolis cubierto.

                Partamos de la base de que no me apasionan los parques acuáticos. En general, la falta de vergüenza es directamente proporcional a la cercanía a los gimnasios y al agua en cualquiera de sus versiones: playa, piscina, parque acuático, e incluso fuentes públicas. Y si en Irlanda no tienen clima mediterraneo, tampoco creáis que disfrutan de la dieta del mismo nombre. Dicho esto, los cuerpos de las alegres irlandesas no daban ni para una tentación, pero si para un derrame de córnea. A su lado, yo parecía esculpido por los dioses, asi que ya os podeis hacer una idea. Por otra parte, los irlandeses( aunque esto también lo practican nuestros queridos compatriotas) ante la idea de estar a remojo durante larga parte del día, prescindían de ese gran invento llamado desodorante. Ahora coged todo esto y meterlo en una coctelera. Y así era, porque el parque acuático estaba cubierto. Era como una gran burbuja de calor, cloro, sudor en la que todo se mezclaba. Pero si creíais que ahí acababa todo, os equivocáis. A la entrada se te hacia entrega de la prenda inhibidora de toda autoestima personal. El gorrito.

                   Ante todo, que no falte la higiene.

                Ahí estaba yo. Haciendo cola para tirarme desde el más alto de los toboganes. Con mi gorrito bien atornillado a la cabeza. Un fuerte olor a sobaco arrugaba mi nariz y me hacia perder el vello nasal hasta dentro de dos generaciones ( lo siento descendientes). Giraba la cabeza y me encontraba con una ballena varada embutida en lo que, probablemente, en el escaparate de la tienda sería un bikini. Perdida la pituitaria y la capacidad de visión, te dabas la vuelta y me encontraba con un papiloma con gorrito que me preguntaba si era el último de la cola…

                  Pero ante todo la higiene.

                Temeroso de lo que encontraría al final del túnel me lancé por el tobogán. Agua caliente. Ya no sabes si esta climatizada o completamente meada. Los chavales del cole emocionados. Eugenio y yo con cara de asco y mirada de:

                “Como le digas a alguien lo del gorro te mato”

                Tres horas de parque acuático cubierto casi acaban conmigo. Admiro a los irlandeses.

               La sola idea de haber tenido un verano completo así me hace temblar. Asi que en vez de quejarme por el calor, doy gracias a Dios por estos sudores y sofocos y me acuerdo de mis "amigos irlandeses". Animo.


                Pero ante todo mucha higiene